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Stuani firma el empate del Girona en el Bernabéu en una noche de brujas merengue

Rafael Gómez
Stuani festeja su gol bajo la mirada de Courtois
Stuani festeja su gol bajo la mirada de CourtoisProfimedia
Una definición de penal del argentino sentencia la igualada en Chamartín. El Real Madrid cede terreno en LaLiga. Toni Kroos termina expulsado en el tramo final del encuentro y ocasiona un serio problema en el mediocampo

La carrera mundial de Real Madrid parece una noche de brujas. O al menos así la inicia el equipo merengue. Con un empate y una derrota -en Champions-, el club blanco complica su primer lugar. Ese que tanto le costó en el clásico. 

Los partidos agónicos de la temporada pasada terminaron gustando en el Bernabéu. Las épicas remontadas en la UEFA Champions League despertaron la admiración del mundo del fútbol. Los elogios. Las alegrías. Eso está bien en mayo. Cuando se definen las campañas. 

En octubre, no es común ver encuentros de infarto en Chamartín. Parece que a los diriguidos por Carlo Ancelotti se les ha quedado el vicio de ocasionar fuertes emociones a sus seguidores. El Girona encendió el Bernabéu. De principio a fin. Con un estilo valiente. 

Michel lo advirtió. El cuadro catalán iba a ser protagonista. Y lo logró. Y encimó al Real Madrid en la Castellana. E hizo temblar el arco de Courtois en varias oportunidades. El Girona, el recién ascendido, firmó un empate a uno en condición de visitante contra el campeón de LaLiga, contra el campeón de Europa. 

Ausencias y retornos

El Real Madrid de las ausencias y de los retornos recibió a un aguerrido rival en la duodécima jornada de LaLiga. El cuadro blanco no contó con Karim Benzema. El francés, al parecer, sufre algo más que una fatiga muscular y su estado de forma preocupa a les blues y a Carlo Ancelotti. 

La baja de Benzema fue silenciada, de cierta forma, el retorno de Thibaut Courtois (31). El portero belga ocupó el once inicial después de casi un mes de baja por inconvenientes físicos. 

Ante la ausencia de Karim Benzema (34) y la titularidad de Federico Valverde (24) o Luka Modric (37) el disparo desde la frontal o desde las cercanías del área era una alternativa. 

El Real Madrid hace de la media distancia una tradición. Rodrygo inauguró el rosario de remates de media distancia. Y lo hizo en el primer tiempo. El remate del brasileño terminó con una buena mano cruzada de Paulo Gazzaniga (30). 

Además de Rodrygo, Valverde -máster en cañonazos- y Modric -profesor del máster del cañonazos- intentaron asustar sin éxito al portero argentino, que contuvo, sin mayores contratiempos, los ataques del Madrid en el amanecer del encuentro. 

A pesar de la dominancia merengue en la primera parte, la opción de gol más clara la tuvo el Girona. El conjunto visitante efectuó una buena jugada por la banda derecha del Real Madrid. Dani Carvajal (30) no frenó el ataque Yangel Herrera (24). El venezolano superó al lateral español. Acto seguido, levantó la cabeza. Envió un pase atrás para que Yan Couto (20), desde la frontal, efectuara un remate. El disparo chocó con el larguero y suspendió, por unos segundos, la respiración de la grada del Bernabéu. 

En la segunda parte, el trámite del partido fue similar. El vértigo se adueñó del césped. Vinicius, incontenible, lideró el ataque del Real Madrid. El brasileño puso, en el minuto 70, el primero del encuentro. 

El gol, en lugar de dar tranquilidad, despertó dudas. Las eternas dudas defensivas de siempre. Esas inquietudes acompañan a Carlo Ancelotti desde que se instaló por segunda vez en el banquillo del Real Madrid. 

Stuani aplica su máxima

No pasaron 10 minutos del tanto del carioca cuando Asensio rechazó con la mano un centro del Girona dentro del área blanca. Tras la timida pero valida infracción, el VAR decretó penal. Christian Stuani (36), ese jugador acostumbrado a darle vida a los suyos, efectuó su máxima: salvó, una vez más, a un equipo que suele recibir varapalos y que también tumba, de vez en cuando, a algún grande.

Como era de esperarse, después del gol el Real Madrid salió a tumba. El equipo blanco descudió su flanco defensivo y, en un contragolpe, Toni Kroos se vio obligado a detener a un rival. El germano ya tenía una amarilla encima. El juez lo expulsó. No por la dureza de la entrada. La actitud y la limpieza del teutón es incuestionable. Su sanción se traduce a la doble amonestación. 

La roja de Kroos no fue la última polémica de la noche: en el 89, Rodrygo marcó un gol que, desde la sala VAR, terminó por ser invalidado. El brasileño cometió una infracción sobre Gazzaniga a la hora de rematar. El marcador no se movió. Ni en el 89, ni en el tiempo de descuento. 

Después de nueve minutos de añadido, una expulsión, un penal, y mucho VAR, el partido terminó en empate. Una igualada dolorosa para el Real Madrid, que el sábado observó como el Barcelona es otro en LaLiga y apuesta con firmeza por el título. Falta más de media temporada. Y existe un parón mundialista de por medio. Sin embargo, el Madrid vive, quizás, su primera noche de brujas de la campaña.