Una falda muy corta y un top con abertura en el cuello que dejaba el estómago de las protagonistas al aire. Esa fue la combinación de prendas que desató la polémica entre un amplio sector que no entendía las diferencias entre los recogepelotas -hombres- de la Manolo Santana para el cuadro femenino y las chicas del masculino.
Ellos, por su parte, vistieron un sencillo polo de la marca que patrocinaba el torneo y un pantalón corto. Con esas distinciones comenzaron a aflorar las críticas y las comparaciones con otros torneos en los que la uniformidad es mucho mayor. Se apuntó a la cosificación de esas mujeres con la finalidad de enaltecer el espectáculo.
Durante las dos semanas que duró, se atacó al Mutua Madrid Open desde muchos puntos por considerar esta acción como una falta de respeto para las recogepelotas. Además, se le terminó de poner la etiqueta de sexista a la competición el día del cumpleaños de Carlos Alcaraz (20).
La instigadora fue la bielorrusa Victoria Azarenka (33), que vio como un acto deshonesto el hecho de que los organizadores felicitasen al murciano con una tarta mucho más grande que la que le dieron a su compatriota Aryna Sabalenka (25), que cumple el mismo día: “No pudieron ser más precisos en el tratamiento”, señaló en Twitter.
Feliciano López no pudo contenerse y respondió con otro tuit en el que ironizaba sobre las palabras de la campeona del dobles femenino: “¡Estoy sorprendido por esta reacción después de este gesto! 1. Carlos acababa de ganar su partido para llegar a la final; 2. Estaba jugando en la pista central; 3. El torneo se juega en España, aunque es un evento internacional. PD: Espero que Rune no se haya molestado también por su trato -recibió una tarta más pequeña que la de Sabalenka-”, dijo el director del Masters 1000 en su desafortunada publicación.
Rectificación en las finales individuales
Ese enfrentamiento sirvió para avivar el problema ocasionado por los uniformes de las recogepelotas, lo que llevó a los responsables a tomar la decisión de cambiar los uniformes tanto de la final masculina como de la femenina.
En la parte baja se optó por pantalones tanto, tanto para los hombres como para las mujeres. Para arriba, los chicos siguieron con un polo, mientras que a las chicas se les proporcionó una camiseta de tirantes que les cubría el torso al completo. En ambos casos, el azul marino fue el color predominante.
Otro de los puntos que chocaron, pero que es habitual en todas las ediciones del Mutua Madrid Open, es que los equipos de recogepelotas de la pista central están compuestos en su mayoría por modelos -hombres y mujeres- y los del resto se conforman por niños y niñas.