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Tras años de decepciones, Dimitrov vuelve a estar a la altura de su potencial

Finley Crebolder
La sequía de títulos de Dimitrov por fin ha terminado
La sequía de títulos de Dimitrov por fin ha terminado AFP
El búlgaro fue en su día el jugador más prometedor del mundo y, después de varias temporadas sin éxitos, parece capaz de cumplir esa promesa.

Hace una década, el mundo del tenis empezaba a temer que pronto se quedaría sin Roger Federer.

El suizo acababa de pasar una campaña sin ganar un Grand Slam por segunda vez en tres años y no había alcanzado la final de un Major por primera vez desde 2002, cayendo de paso a su peor clasificación (séptimo) en 11 años.

Sin embargo, los temores de que estuviera en la fase final de su carrera se disiparon ese verano, no sólo por el hecho de que alcanzara la final de Wimbledon, sino también porque parecía haberse encontrado a su heredero: un tal Grigor Dimitrov.

El ahora decimotercero del mundo ya era apodado 'Baby Fed' por quienes le habían visto crecer desde las categorías inferiores, y al verle destrozar al vigente campeón, Andy Murray, era difícil no establecer comparaciones con el maestro. Tenía un movimiento de servicio similar, un revés a una mano parecido y una capacidad similar para ciertos golpes ganadores.

Partido para el recuerdo

Tras esa actuación, parecía inevitable que se convirtiera en uno de los mejores, y parecía estar a la altura de las expectativas cuando en 2017 alcanzó las semifinales del Abierto de Australia y jugó de manera excelente en una ajustada derrota ante Rafa Nadal antes de ganar las Finales ATP, así como el Abierto de Cincinnati. Terminó el año como número tres del ranking ATP.

El partido de Melbourne contra Nadal fue especialmente impresionante, ya que se enfrentó durante cinco horas a un rival que está entre los más destacados de todos los tiempos y desplegó un juego de gran belleza.

Dimitrov, un jugador con grandes dotes.
Dimitrov, un jugador con grandes dotes.AFP

Sin embargo, las cosas fueron drásticamente cuesta abajo a partir de entonces, sin ganar un título y alcanzando las semifinales de un Grand Slam sólo en una ocsión desde principios de 2018 hasta comienzos de 2024.

Cambio de dinámica

Finalmente puso fin a esa sequía de títulos en Brisbane este mes, y se dirige a la gran prueba de Oceanía pareciéndose mucho al jugador que inspiró tanta emoción en el mismo torneo hace siete años.

Su progresión fue constante a lo largo de 2023 y demostró lo lejos que había llegado ese otoño, primero venciendo a Carlos Alcaraz en su camino hacia las semifinales del Masters de Shanghai, antes de superar a Daniil Medvedev, Hubert Hurkacz y Stefanos Tsitsipas en su camino hacia la final del Masters de París.

Al final del año, había derrotado a siete jugadores del top 10 y había vuelto a colarse entre los 15 primeros de la clasificación tras un lustro de ausencia. Jugaba tan bien como siempre y parecía cuestión de tiempo que volviera a triunfar.

Perdió su primer set de 2024 (6-4 ante Murray), pero no volvió a mirar atrás, ganando el resto en su camino hacia la gloria en el Internacional de Brisbane la semana pasada. Es cierto que su camino hasta la final fue bastante sencillo, no así en el propio duelo decisivo. Ofreció una de sus mejores actuaciones en años para derrotar al número ocho del mundo, Holger Rune, uno de los mayores talentos del mundo.

La mano de Jaime Delgado

A lo largo de su primera semana en Australia, se puso de manifiesto el trabajo que ha realizado el año pasado con su entrenador, Jamie Delgado -que ya trabajó con el citado Andy-, para volver al lugar que le corresponde.

Quizá se encuentre en el mejor momento físico de su carrera, más musculado que nunca y con una flexibilidad sólo superada por la de Novak Djokovic En concreto, Delgado asegura que ha ganado unos seis kilos de músculo desde que empezaron a trabajar juntos a finales de 2023.

Tan importante como su mejora física ha sido su progreso mental, del que también ha hablado el propio Jaime.

Dimitrov y Delgado se abrazan tras la final de Brisbane
Dimitrov y Delgado se abrazan tras la final de BrisbaneAFP

"Creo que en los grandes momentos está siendo un poco más valiente de lo que era", dijo en noviembre según Daily Express.

"Cuando le vi jugar contra algunos de los más grandes a principios de año (2023) estaba un poco pasivo y no parecía que creyera que podía ganar. Y ahora, gane o pierda, se nota que es mucho más positivo y que confía más en su juego", agregó.

Basta con comparar una de las actuaciones de Dimitrov de los últimos meses con otra de hace más de un año para ver una prueba de esa confianza renovada.

Un giro de guion

Ahora, además, tiene la capacidad de atacar a sus rivales con golpes de alto riesgo en un intento de ganar puntos él mismo en lugar de limitarse a intentar no perderlos. Por ejemplo, a menudo golpea de forma mucho más agresiva desde su revés, tomando él mismo la iniciativa en un cambio no muy diferente al que hizo Federer a principios de 2017 y que tuvo un papel muy importante en su resurgimiento ese año.

También se defiende mejor que nunca cuando lo necesita. Contra Medvedev en París, cortó constantemente su revés sabiendo que el ruso carecía de la capacidad de ataque para responder, mientras que contra Rune en Brisbane golpeó sus devoluciones profundas porque sabía que su oponente no podía resistirse a posicionarse de forma extremadamente agresiva, lo que significaba que esas devoluciones aterrizaban a menudo incómodamente a los pies del danés.

Grigor y su equipo están dando en el clavo con sus tácticas, y él tiene la habilidad, claridad y consistencia para ejecutarlas.

"Quiero decir que ahora soy mejor jugador", declaró tras vencer a Rune, y es difícil negarlo.

No está claro si su mejor nivel es suficiente para convertirse en el ganador de Grand Slam que se esperaba de él, pero sin duda es suficiente para volver a ser un aspirante.

Se habrá sentido aún más seguro tras ver el sorteo del Abierto de Australia, que le ha dado lo que debería ser un camino directo a los octavos, donde probablemente se enfrente a Medvedev, con un probable duelo con Rune luego.

Dado que en los últimos meses ha superado a ambos, llegará a Melbourne con la vista puesta en las semifinales.

Siete años después de una actuación que le hizo parecer destinado a grandes cosas en la misma fase del mismo torneo, parece estar más preparado que nunca para cumplir finalmente ese destino.

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AutorFlashscore