La expectativa para su debut era enorme. Hace unas semanas, Djokovic se consagró en París y conquistó un justo Roland Garros que le impulsó hasta la cima de la ATP. Carlos Alcaraz, vencedor del ATP 500 de Londres, le arrebató el número uno al serbio pero, tras su participación en Queen 's, acumuló un desgaste que lo empujó a llegar en algodones a la cita de la capital británica.
El partido empezó sin contratiempos. Djokovic expuso la serenidad, la calma y la madurez que tanto lo caracterizan y, con solvencia, impuso condiciones, adjudicándose el primer set por 3-6 ante un Cachín valiente que respondía con algo de dificultad los potentes servicios de ‘Nole’.
En el descanso del set, Wimbledon optó por suspender temporalmente el partido. La lluvia londinense (habitual para los locales, desconocida, incómoda y pesada para los extranjeros), ocasionó que las autoridades frenaran el encuentro, que se reanudó minutos más tarde.
Luego de la pausa, Djokovic encarriló una serie de victorias en los puntos que le permitieron posicionarse con comodidad en la cancha. Cachín, visiblemente confundido, aguantó, con pocas alternativas, hasta que cedió, de nuevo, y vio como el serbio se hizo con el segundo set por 3-6.
Sobre el final, Cachín sacó a relucir su espíritu aguerrido y realizó un memorable set, llevando a Djokovic a disputar un tie-break que, infortunadamente, no le ha servido para nada: el número dos del mundo se quedó con el tie-break 6-7 (4-7) y festejó, con serenidad, una victoria que lo impulsa hacia la segunda ronda de Wimbledon.
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