Los jugadores sufren una "tortura mental" en Wimbledon, según un psicólogo deportivo
El césped del All England Club será el centro de atención del mundo del tenis durante los próximos quince días, en los que los mejores jugadores del mundo lucharán contra sus rivales y, a menudo, contra sus propios demonios psicológicos.
La historia está plagada de famosos "estrangulamientos tenísticos", partidos en los que una jugadora parecía tener todo bajo control, pero se vio superada por la tensión cuando ya se vislumbraba la línea de meta.
Es famoso el caso de Jana Novotna, que derramó lágrimas después de que su juego se desmoronara en la final de Wimbledon de 1993 contra Steffi Graf, cuando estaba a punto de ganar el título, sólo por ser golpeada por los nervios.
Ni siquiera la gran Serena Williams (41) fue inmune, perdiendo ante la checa Karolina Pliskova (31) tras ir ganando 5-1 en el tercer set de su partido de cuartos de final del Abierto de Australia 2019.
Quién podría olvidar la final del Abierto de Francia de 2004, cuando los argentinos Gastón Gaudio y Guillermo Coria se turnaron para verse abrumados por la duda y la tensión a lo largo de cinco nerviosos sets, ambos desperdiciando posiciones ganadoras hasta que Gaudio finalmente triunfó.
El Wimbledon de este año ofrecerá sin duda más ejemplos y nadie debería sorprenderse, según Katie Mobed, que ha ayudado a varios atletas británicos con su enfoque mental.
Según ella, el tenis es el deporte que más retos emocionales plantea.
DESAFÍOS ÚNICOS
"Los tenistas de élite se enfrentan a una serie de retos únicos. Se trata de un deporte de gladiadores, en el que los jugadores no tienen dónde esconderse ni compañeros de equipo o entrenadores que les ayuden a desviar la presión", explica Mobed.
"Exige una resistencia y una potencia impredecibles en un tiempo indeterminado, y el sistema de puntuación único convierte cada partido en una tanda de penaltis".
Mobed, que habla como parte de la campaña Connection Fuels Champions de Vodafone, afirma que la cantidad de tiempo para pensar entre puntos y juegos puede minar incluso la confianza de jugadores como los defensores del título, Novak Djokovic (36) y Elena Rybakina (24).
"Se enfrentan a lo que podría describirse como una tortura mental. Los tenistas probablemente sólo juegan al tenis unos 10 minutos de cada hora que están en la pista", explica.
"Y el resto del tiempo pasa entre juegos, entre sets, cambios de lado, donde están solos con sus pensamientos".
El británico Andy Murray (36), ex número uno del mundo, conoce muy bien la carga emocional que pueden llevar los tenistas, ya que perdió cuatro finales de Grand Slam antes de superar por fin la línea en el Abierto de Estados Unidos de 2012.
Su primer título de Wimbledon un año después -poniendo fin a 77 años de espera para un campeón británico masculino- fue nauseabundamente tenso en una sofocante Pista Central.
Teniendo en cuenta la expectación que ha generado en Wimbledon a lo largo de los años, Mobed opina que lo ha afrontado de forma admirable.
"Es un ejemplo fantástico de alguien que ha trabajado muy duro para descubrir su fortaleza mental", afirmó.