Un Madrid de leyenda rinde en Liverpool el mejor homenaje posible a Amancio (2-5)

Son por partidos como este, la reedición de la última final de Champions, con una atmósfera tan especial como la que siempre se respira en Anfield, con miles de gargantas cantando a capela el 'You’ll never walk alone', los que hacen del fútbol y de esta competición algo tan maravilloso.

Un ambiente que envuelve, inspira e invita a grandes gestas. Como las que en su día protagonizó Amancio Amaro. El minuto que se guardó en su memoria fue el único silencio que se escuchó en la cerrada e inolvidable noche de Liverpool. Luego, los futbolistas blancos le rendirían el mejor homenaje posible.

Y eso que fue comenzar el encuentro, con el público entregado y subiendo decibelios, y mostrar los de Klopp sus diabólicas intenciones. La revancha que perseguían apenas tardó tres minutos en hacerse realidad. Salah, percutiendo por la diestra, metió un pase interior al que llegó Darwin Núñez para sorprender con un espectacular taconazo a Courtois. Golazo para enmarcar, aunque... ¿dónde estaban Rudiger y Militao?

Lejos de conformarse, los Reds continuaron apretando, ahogando a un Madrid noqueado, desconocido, descolocado. Alaba era un juguete para Salah y por ahí lo intentaban una y otra vez. Lo que no esperaban era que Courtois hiciera un 'Karius' tras una cesión de Carvajal. Al belga, en su intento de controlar con el pecho, se le escapó el balón y allí estaba el egipcio para marcar a placer. Un cuarto de hora y 2-0. This is Anfield. 

Vinicius, al rescate

Parecía muerto el equipo blanco. Pero, ojo, ¿de qué competición hablamos? Pues eso, this is the Champions, y el campeón sigue siendo el Madrid. En medio de una torrija bestial de sus compañeros, Vinicius agarró un balón en las inmediaciones del área y soltó un latigazo que casi rompió la red. Alisson aún sigue buscando por dónde entró el disparo de su compatriota.

El gol tranquilizó un poco a los de Ancelotti, pero no a un Liverpool que seguía mordiendo e insistiendo por la derecha con las incorporaciones continuas de Alexander-Arnold. Por ahí estuvo a punto de llegar el tercero, mas en el bosque de piernas que se formó casi en línea de gol, apareció milagrosa la de Militao. La de Alaba se rompió en esa acción y tuvo que entrar Nacho por el desafortunado austríaco. Un cambio clave. 

Alisson, como Courtois, hizo un ‘Karius’

Si Salah estaba con la flechita hacia arriba, Vinicius no quería ser menos. Esta vez Alisson sí reaccionó para sacar una mano salvadora a un remate similar al del gol. No sabía lo que le esperaba poco después. Intentó despejar en largo con la mala fortuna de que Vini fue a la presión y el balón rebotó en el madridista para transformarse en el 2-2. Dos errores garrafales de dos de los mejores metas del mundo. No se volverá a ver en un mismo partido. Imposible.

El encuentro no tenía pausa, las llegadas se sucedían, pero las fuerzas estaban equilibradas. Aunque la mejor oportunidad, al filo del intermedio, la tuvo Rodrygo después de una contra que inició Courtois con un pase de 40 metros a Valverde, que conectó con Vinicius y este asistió a su amigo para empujarla… hasta que Robertson le quitó el caramelo in extremis. 

Si alguno pensaba que estos tipos se relajarían pensando que aún quedaba un duelo de vuelta en el Bernabéu, qué equivocado estaba. Liverpool y Real Madrid atacan mucho mejor que defienden. Vamos, si a lo que hizo la defensa red con Militao se le puede llamar defender. El brasileño, en jugada ensayada, despistó a Alexander-Arnold y apareció sin marca para que Modric le cediera la bola. Frentazo y el tercero para los blancos. 

Benzema para el tiempo

Se restregaban los ojos Klopp y compañía. No era posible ir ganando 2-0, rozar el tercero y... cuando los abrieron fue para ver con nitidez el cuarto, obra de Benzema tras un disparo que tocó en Gomez y despistó a Alisson. El propio Gomez había habilitado la posición de Rodrygo en el inicio de la acción. 

El mazazo fue enorme para el Liverpool. De un 2-0 en el minuto 14 a un 2-4 en el 54. No hay corazón ni mente que lo aguante. Y el Madrid, en Champions, es un vampiro que te chupa toda la sangre. A los reds se la iba a sacar toda. Con espacios para correr, Vinicius cedió la bola a Benzema. Y Karim decidió que había que parar el tiempo. Para todos, claro, menos para él. Dejó sentado a Alisson, esperó que tres rivales se colocaran en la portería y metió el balón por el único espacio que dejaron. Una maravillosa obra de arte. Qué homenaje a Amancio Amaro. 

Los anfitriones, equipo de raza, siguieron intentando reducir distancias, agarrarse a algo. No hubo nada que hacer. Salah desapareció cuando entró Nacho por él. Al español Bajcetic le vino grande la segunda mitad. Y así con todos. Porque enfrente estaban los campeones de Europa, los que buscan una Champions más. Con exhibiciones así, la tienen más cerca que nunca. 

Jugador Flashscore del partido: Vinicius (Real Madrid).

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