El realismo mágico de Gabriel García Márquez, ése de los personajes y lugares cautivadores que generaban historias que ocurrían en un espacio y tiempo diferentes parece tomar vida. Puntualmente, tomó vida en Perm, una ciudad en la que se presentó una situación que parece sacada de un libro del escritor colombiano.
Rusia volvió a disputar un partido amistoso desde que se inició la invasión a Ucrania. La selección rusa, el Parma BC, jugó dos encuentros: uno con Venezuela y otro con Colombia. Todo parecía normal. Sin embargo, durante el encuentro contra la supuesta selección cafetera, empezaron a evidenciarse acciones puntuales que ponían el duda el nivel de sus jugadores: nada más al iniciar, el primer cuarto finalizó 41-2. El resultado final del partido fue de 155-53, una paliza poco usual entre dos equipos competitivos y de máximo nivel. Colombia también perdió su duelo contra Venezuela por 107-58. Para ese entonces, los aficionados tomaron la participación cafetera como una broma... Una broma que terminó siendo cierta.
Horas después del encuentro, la Federación Colombiana de Baloncesto lanzó un comunicado en el que desmintió haber participado en el partido amistoso. Su imagen, logo y el escudo de Colombia fueron utilizados por un equipo que no está vinculado a la FCB. La entidad, como era de esperarse, anunció que tomará medidas legales.