A pesar del severo mazazo anímico, Van Hooydonck prefiere ver el lado positivo. "Me doy cuenta de que tuve una suerte increíble. Las cosas podrían haber sido diferentes si no hubiera recibido una buena ayuda tan rápidamente. Ahora estoy bien, pero todavía tengo que lidiar con el hecho de que esto marca el final de mi carrera profesional", ha dicho el belga. 

Tras detectarle una anomalía en el corazón y para evitar posibles arritmias en el futuro, le han colocado un desfibrilador interno (DAI). Su carrera profesional ha terminado y el ciclista ya mira al futuro: “Ahora me centraré en mi recuperación y en mi próxima paternidad. Todo va bien con Alicia y el embarazo. Es algo que me ayuda bastante en esta situación”, ha comentado. 

Van Hooydonck, a pesar de todo, está muy agradecido por haber salido adelante tras un percance de salud grave y un accidente de tráfico serio: "Me gustaría expresar mi gratitud a la gente que me ayudó, al equipo médico del hospital y a todos los aficionados que me enviaron mensajes”.

Sus compañeros en el Jumbo, el resto del pelotón y todo el mundo del ciclismo y el deporte en general, se han solidarizado con él a través de muestras de apoyo y cariño. Ahora comenzará una nueva vida.