La selección italiana masculina de waterpolo ha sido suspendida seis meses de todas las competiciones internacionales por infringir el artículo 5 del Código Mundial de Integridad Acuática durante los pasados Juegos Olímpicos de París, tras perder el partido de cuartos de final contra Hungría el 7 de agosto en medio de la polémica.
Los azzurri, eliminados, habían recurrido tanto a la Federación Internacional como al TAS (ambos rechazados) el arbitraje y antes del partido contra España, en el momento de los himnos, todo el equipo dio la espalda a los árbitros. La suspensión de seis meses incluye también la exclusión de la próxima Copa del Mundo, así como una multa de 100.000 dólares. La Federación de Waterpolo no recurrirá.
Durante aquel partido de cuartos del 7 de agosto ante el combinado magiar, el árbitro expulsó a un jugador italiano, Francesco Condemi, por comportamiento violento y anuló el gol que acababa de marcar.
Cuando regresaban en autobús a la villa olímpica, miembros del equipo italiano vieron a los árbitros y a los representantes de World Aquatics y empezaron a agredirles "verbal y físicamente", según la Federación Internacional de Natación.
Y aunque finalmente se reconoció que el jugador italiano no se había comportado de forma violenta y se le levantó la sanción, el reglamento prohíbe cambiar el resultado de un partido, por lo que se confirmó la clasificación de Hungría para semifinales. Por su parte, la Federación Italiana volvió a criticar "el grave error técnico cometido por los árbitros y el VAR, que puso en peligro el progreso del equipo nacional de waterpolo".
La Federación Italiana "no recurrirá" la decisión de World Aquatics, subrayando la necesidad de que los árbitros dispongan de "herramientas técnicas profesionales de alto nivel" para evitar repetir "errores tan flagrantes".
Esta descalificación, que dejará a la 'Settebello' sin Copa del Mundo, no cuestiona la participación de Italia en los próximos Campeonatos del Mundo, que se celebrarán en Singapur en el verano de 2025.