Y si este Rayo puede soñar, el Valladolid debe activar ya la alerta (0-1)
Mejores eran las sensaciones que los resultados recientes para el Real Valladolid. El equipo dirigido por Pacheta, fuera de los puestos de descenso, necesitaba poner fin a una racha de tres derrotas consecutivas en la competición liguera (mismo número si se tiene en cuenta también la Copa del Rey después de caer eliminado en la visita al Deportivo Alavés). Era también el reencuentro de Sergi Guardiola con el equipo cuya camiseta portó la pasada campaña y con el cual celebró una decena de goles.
En busca de la primera alegría del 2023, los pucelanos reclamaron penalti a los 10 minutos por una inexistente mano de Alejandro Catena que, en consecuencia, no fue sancionada. Pese a la necesidad de volver a sumar, no solo por la mala dinámica reciente sino por jugar en casa, el equipo local produjo bastante poco en ataque durante una primera mitad con unos claros protagonistas... y casi ninguno de ellos jugaba como atacante en el Pucela. La situación no mejoró tras el descanso.
De la pena con Kenedy al éxtasis con Masip
Shon Weissman se llevó la gran ovación del partido, más pronto de lo esperado, cuando reemplazó a Robert Kenedy en el minuto 26. El ex del Granada abandonó el césped con muchas lágrimas en su rostro debido a una lesión muscular que, a falta de confirmación, lo mantendrá en la enfermería durante varias semanas. Su experiencia en el José Zorrilla está marcada por los constantes problemas físicos, el único motivo que explica su escaso bagaje hasta la fecha (y por más tiempo): ha participado en cinco encuentros (oficiales).
Pacheta decidió introducir al israelí y eso modificó la posición de Guardiola, más escorado hacia la banda izquierda antes de ser sustituido al descanso (había sido amonestado). Todavía frío, al israelí le faltó intensidad en un duelo con Florian Lejeune en campo propio y el central probó fortuna desde lejos del área para protagonizar así la primera gran ocasión de un duelo que bien hubiese cambiado si, recién alcanzada la media hora, Isi Palazón hubiera podido superar a Jordi Masip desde los 11 metros.
Sin ninguna intención de tocar el balón con la mano, dato que importa poco con el reglamento actual, Monchu (baja contra el Atlético de Madrid porque vio la quinta amarilla) interrumpió la trayectoria del remate de Óscar Valentín y Melero López, tras acudir al monitor, señaló el punto de penalti. Sin Óscar Trejo sobre el verde, el ex de la Ponferradina ejecutó una pena máxima muy celebrada por los ruidosos y numeros aficionados visitantes, mucho más tristes cuando el guardameta evitó el 0-1 con una gran estirada.
El arquero catalán, que ya frenó a dos especialistas como Iago Aspas y Enes Ünal en ese mismo contexto, se confirmó como el mejor de los suyos cuando apareció de nuevo para rechazar un potente y lejano golpeo de Fran García, algo tímido en ataque. Gonzalo Plata, por su parte, se mostró bastante activo desde la banda derecha, un carril por el que intentó infringir todas las normas de velocidad e incluso desafió los límites de la gravedad con un sinfín de movimientos a modo de regates, aunque desapareció tras el descanso.
Pero Isi siempre vuelve
La entrada de Óscar Plano aportó mucha clarividencia al equipo anfitrión, necesitado de esa figura que sirviera de enlace con los delanteros, un papel que también cumplió Álvaro Aguado nada más entrar al campo porque le brindó un fantástico pase a Weissman a la espalda de Lejeune; lejos de encontrar portería, evidenció de nuevo que no está ágil y solucionó la papeleta con un centrochut que casi sirve como asistencia pero finalmente, aunque por poco, no encontró rematador.
Fue justo después de esa clara oportunidad que tuvieron los de Pacheta, en la siguiente acción, cuando Isi pudo resarcirse y, ahora sí, pese a haber más dificultad, pudo batir a Masip con un golpeo seco y pegado al palo derecho de la portería. Los madrileños habían avisado ya un rato antes, también desde la banda izquierda, aunque Fran, el lateral zurdo de los visitantes, no se entendió con Sergio Camello, quien optó por esperar el balón atrás mientras su compañero se decantaba por un pase más adelantado.
Sin incomodar demasiado a Stole Dimitrievski y con Jawal El Yamiq como delantero a la desesperada, el Valladolid vuelve a perder sin ser capaz de marcar, algo que ha ocurrido en los siete últimos encuentros que han terminado con un resultado negativo. Es, además, el tercer equipo con menos goles a favor, una situación opuesta a la del Rayo, que está trazando una trayectoria similar a la del curso pasado y muy mal tiene que hacerlo en los meses siguientes para sufrir por la permanencia porque ya suma 26 puntos.
Una de las imágenes de la tarde llegó después del partido, cuando los más de 600 aficionados que dejaron atrás la capital aprovecharon el silencio sepulcral que reinaba en el José Zorrilla para activar sus cánticos y, al final, botar junto a los futbolistas, que se acercaron a la esquina donde estaban concentrados todos ellos. Comunión total entre plantilla y grada, todo lo contrario respecto a la relación con Raúl Presa, el presidente de la entidad, cuya salida reclaman con frecuencia.
Jugador Flashscore del partido: Isi Palazón.